El rol cambiante de las mujeres en las comunidades pastoriles de África del Este
A sus 22 años, Agnes Ouleko ya ha perdido cuatro de sus cabras y una vaca en tres ataques de leones este año. Agnes es miembro de la comunidad pastoral Masai, y como propietaria de varias cabras y vacas, es responsable de su cuidado. Cuando los hombres están lejos, son las mujeres como Agnes las que luchan solas contra los depredadores para proteger las vidas de sus animales.
Durante siglos, sólo los hombres tenían permitido poseer ganado en casi todas las comunidades pastorales del este de África. Desde comprar, manejar y hasta vender el ganado, fueron los hombres a quienes se les concedió todo derecho de tomar decisiones por sus animales. A pesar de este derecho de propiedad de los hombres durante años, siempre se esperaba que las mujeres pertenecientes a las comunidades pastorales en África del este cuidaran del ganado.
Con el paso del tiempo, el papel de las mujeres en estas comunidades ha evolucionado a medida que más y más mujeres se hacen responsables de forma independiente de su ganado. Pero, debido a las crecientes condiciones de sequía en las regiones del este de África, las mujeres ahora tienen que caminar más lejos que antes para ir a buscar agua y alimentos para sus animales. A pesar de este cambio de rol, incluso hoy en día las mujeres no están tan involucradas en la compra y venta del ganado como los hombres.
Las mujeres que enviudan deben asumir el papel de hombres y cuidar de su ganado junto con sus tareas domésticas. Esto no siempre es una carga, porque muchas mujeres logran exitosamente aprovechar su ganado para obtener un sustento decente para sus familias. El ganado les da leche, comida, se utiliza para la dote, y también les ayuda con las tareas de cultivo. Las mujeres tradicionalmente han estado cuidando el ganado en las comunidades pastorales del este de África, lo que finalmente hace que sus animales sean mucho más valiosos para ellas que para muchos otros miembros de la comunidad.
Para las personas del este de África, especialmente las mujeres y aquellos que pertenecen a la sección pobre de la sociedad, el ganado es literalmente la vida. Es una parte indispensable de sus vidas, ya que esto es lo que les brinda todos los recursos para satisfacer sus necesidades. La escena actual de las comunidades pastoriles en África oriental que viven los efectos de la sequía requieren políticas y programas de capacitación que puedan beneficiar y educar a las personas, especialmente a las mujeres, para una mejor gestión del ganado. En última instancia, para lograr un buen desarrollo del sector ganadero es necesario un enfoque integral en el que se vele tanto por el bienestar del ganado como por el bienestar de las mismas personas que cuidan de él.